viernes, 24 de junio de 2016

Día #7: P.N. Kruger (V) - Swazilandia

Último día en el Kruger, y para no perder las buenas constumbres, madrugón para bichear y seguir disfrutando con esta experiencia maravillosa. Con la esperanza de poder ver algún lindo gatito, hemos recorrido carreteras asfaltadas y caminos de tierra, donde según el panel de avistamientos del campamento se han divisado leopardos, guepardos y perros salvajes. Pero la suerte no ha estado de nuestro lado.
Sí que hemos disfrutado con elefantes, búfalos, jirafas, facoceros y hasta con rinocerontes, que como sabéis son muy difíciles de encontrar en este parque.

Y siempre vigilados desde las alturas...

Estos elefantes salieron de la nada en fila de a uno, se pusieron en paralelo todos a beber del río...
...para a continuación, atravesarlo y seguir camino justo por detrás de nosotros...

...y como fin de fiesta, justo antes de salir, una imagen impresionante, que nos ha encantado: impalas, búfalos, cocodrilos, cebras, jirafas... todos juntos en un mismo espacio!

Desde la puerta de salida de Cocodrile Gate nos dirigimos a otro parque, con la particularidad de que dejamos Sudáfrica para entrar en el reino de Swazilandia. Un país más pequeño que el Kruger, con un monarca que cada año elige nueva esposa de entre unas cuantas vírgenes y que sufre la lacra de ser el primer país del mundo en casos de sida. Aún con todo esto, su visita merece la pena.
Tras atravesar la frontera, primero en el lado sudafricano y luego en el de Swazilandia (vaya diferencia), 1 hora de coche por una carretera en perfecto estado y rodeados de plantaciones de caña de azúcar, que le otorgaba un verdor sin igual al paisaje. Camiones y más camiones entrando y saliendo de las fábricas cargadas hasta los topes...

Cada poco, atravesábamos pequeñas aldeas, con los niños saliendo de la escuela, siempre con una sonrisa en la boca y su uniforme y mochila.

Acercarse a alguno de sus reales parques nacionales, es un privilegio. Nosotros hemos elegido Hlane por la gran cantidad de rinos que dicen hay en su interior.

Además, los rondavels no tienen electricidad. Al anochecer, un empleado del parque nos ha traído lamparas de gas, 2 para el interior y una para el porche. Vaya pasada!
Todo el campamento estaba iluminado de esta guisa, incluido el restaurante donde hemos disfrutado de una suculenta cena. Lo sentimos, pero el hambre ha sido superior a la foto de los platos.

Bueno, antes de cenar, un disfrute poder ver a esta simpática pareja, en la charca que hay a escasos 50 metros del complejo.
...aunque más tarde se han esfumado. Por cierto, ¿qué os parece la súper valla de seguridad?
Aún así, dormimos muy tranquilos.

3 comentarios:

  1. Hola chicos.Primero gracias por el esfuerzo con el blog dadas las dificultades tėcnicas.
    Muy romåntico el alojamiento.Supongo que bien 'aprovechado'.
    Besitos

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  2. Hola chicos.Primero gracias por el esfuerzo con el blog dadas las dificultades tėcnicas.
    Muy romåntico el alojamiento.Supongo que bien 'aprovechado'.
    Besitos

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  3. Sin tv, sin wifi y ahora sin luz. Espero k hayais metido toallitas en la mochila :'(

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